lunes, 11 de mayo de 2020

EL OTRO YO DE MI INFANCIA


EL OTRO YO DE MI INFANCIA
Abro un ojo por las dudas, camino hasta la puerta. La televisión no simula ruido, el reflejo de la ventana me saluda y yo sonrío, saludo también, no alcanzo a entenderla. Señalo la manija para que me abra. Ella se niega y respiro hondo como me enseñaron, golpeo la puerta, ella espera a que se acerquen — ¡No es ella!—les grito— ¡Abran la puerta! ¡Ella no soy yo!— Cruzaron tranquilos el portón de la mano con esa, si supieran que me encerraron, seríamos libres los tres.

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